12 de septiembre de 2014

FÁBRICA DE ARTILLERÍA



La Fábrica de Artillería surge de la antigua fundición de bronces ubicada desde 1525 en unos solares del barrio de San Bernardo propiedad de Juan Morel, afamado fundidor de cañones y campanas,
Este edificio histórico, que se remonta a 1565, fue una pieza clave en la política expansiva del Imperio en el siglo XVIII.
En 1634 la Fábrica pasa a ser propiedad de la Hacienda Real, iniciándose una nueva etapa en la que los fundidores quedan unidos a ella por asientos o contratos de diez años. Esta etapa permanece hasta que en 1717 serían los Comandantes de Artillería los que dirigieran la Instalación y los fundidores pasarían a ser técnicos.
La Real Fábrica de Artillería de Sevilla es para los especialistas uno de los ejemplos más notables de patrimonio industrial y militar de España. Aunque el actual edificio es producto del empeño de Carlos III, quién ordenó la construcción en 1757 del edificio que ahora conocemos. Desde muy pronto, la factoría fue adquiriendo prestigio y ya en 1568 la Corona de Castilla encargó a la Casa de la Contratación que le facilitase cobre y estaño para la fabricación de cañones a Bartolomé Morel, hijo del fundador.
El Cabildo Catedralicio, consciente del auge que iba adquiriendo la fábrica, también encomendó a Bartolomé Morel, el más prestigioso fundidor de la época, la fundición de su Tenebrario, del Facistol para el coro, varias campanas de la Giralda y, sobre todo, el Giraldillo que la corona, además varios de sus trabajos se encuentran en el Real Alcázar.
Con la invasión napoleónica los franceses ocupan la Fábrica y en ella se fabrican los cañones que posteriormente les servirían para proseguir la invasión, de ella salen los que utilizaron en el asedio de Cádiz.
En 1932 la Fábrica queda incluida en el “Consorcio de Industrias Militares” cuyo funcionamiento es regulado por la Ley de 9 de marzo de 1935, como Sección del Ministerio de la Guerra, que durará hasta 1936.
Posteriormente en 1959 pasa a la Empresa Nacional Santa Bárbara de Industrias Militares, dependiente del Instituto Nacional de Industria, que llevará la explotación de la misma en determinadas condiciones, sin que el Ejército pierda potestad sobre ella.
La Fábrica de Artillería de Sevilla produjo una rica documentación a lo largo de los casi tres siglos de funcionamiento. Dada la importancia que fue tomando por su situación geográfica, cuenta con documentación que hace referencia a las distintas ampliaciones del propio edificio, culminando en 1796 en la superficie que hoy conocemos.
También existe un considerable volumen de documentos que refleja la producción que en ella se llevaba a cabo, como la referida a las relaciones de obra nueva y recompuesta, salidas y entradas de materiales en los almacenes, fabricación y producción de material, ya se trate de piezas de artillería como de otro material para diferentes empresas, reconocimientos de piezas de artillería, inspección del mismo, etc. Abunda preferentemente la documentación de tipo económico, tales como libros de cuentas y efectos, presupuestos de caudales, facturas, relaciones bancarias, relaciones de pagos de jornales, Libros de Actas de las Juntas Económica y Facultativa, etc. Encontramos asimismo los expedientes personales de los “ministros”, trabajadores y aprendices de la propia Fábrica, así como de la Pirotecnia Militar de Sevilla, y por supuesto documentación referente al funcionamiento de la Escuela de Formación Profesional de ambas.
Como obra de apoyo al fondo existe un gran número de libros referentes al uso y manejo de la artillería, así como colecciones legislativas del Ejército, la Gaceta de Madrid o el Boletín Oficial del Estado, una edición facsímil del libro de Francisco Pacheco: Verdaderos retratos de ilustres y memorables varones.
La Real Fábrica de Artillería es un complejo de construcciones proyectado para uso industrial y armamentístico. En su Portada principal se pueden ver los nombres de Daoíz y Velarde, héroes del dos de Mayo, además son los nombres que se le dieron a los leones que custodian la entrada del Congreso de los Diputados de España, fundidos en esta fábrica.

Está realizada en ladrillo visto, consta de dos cuerpos, el  inferior lo constituye el hueco de acceso acabado en arco de medio punto que aparece flanqueado entre pilastras toscanas sobre pedestal y sobre el amplio entablamento, de cornisa recta y muy movida, se levanta un segundo cuerpo de menor entidad y con una decoración más menuda realizada en ladrillo tallado, rematando con dos grandes pináculos y un cuerpo superior con un frontón recto partido.

Desde sus inicios se planificaron continuas obras de ampliación y modernización hasta que en 1782 el arquitecto Vicente San Martín le dio el definitivo aspecto que hoy podemos ver. Se le dotó de grandes hornos para poder satisfacer las necesidades armamentísticas de las tierras de ultramar. De esta fundición procede el célebre Cañón Tigre que le arrancó un brazo al Almirante Nelson en su ataque a Tenerife en 1797.
El edificio de la Fundición de Artillería puede entenderse como un conjunto en el que cada parte tiene una forma precisa y distinta. El gran patio, ahora cubierto y utilizado como nave de fabricación. La crujía de fachada. La gran sala abovedada de la fundición. Las naves y almacenes cubiertos por espléndidos artesonados, etc. Ante un posible cambio de uso, la Fundición es un edificio capaz de integrarse con fluidez en la estructura del barrio y resolver un programa complejo. En todas las naves es común que las cubiertas se planificaran para que la luz natural inundara las zonas de trabajo.
 
 
Esa luz provenía de la construcción de linternas y su disposición en todas sus cubiertas.
 
Su configuración inicial se basa en la definición de una cuadrícula continua cuyo módulo de repetición está formado por cuatro pilares unidos por un sistema arquitrabado y cubiertos por una bóveda vaída, cuyas proporciones son las del gran horno de fundición. Con este sistema se lograba un espacio de grandes dimensiones, capaz de albergar libremente los diferentes talleres en los que  se había de desarrollar el proceso de producción. Esta tipología constructiva había sido ensayada en otros edificios de la ciudad como las Atarazanas o la Fábrica de Tabacos, realizadas por los mismos ingenieros, Ignacio Sala y Jorge Próspero Verboom.
Como resultado de los cambios en la estrategia militar acontecidos desde mediados del siglo XIX y, sobre todo, en las décadas iniciales del siglo XX se hicieron necesarias importantes reformas en el edificio histórico y que gracias a la ordenada secuencia estructural de este edificio permitió que la fábrica se adaptara con facilidad a las sucesivas ampliaciones realizadas con nuevos sistemas constructivos y materiales diferentes a los originales. En los años iniciales del siglo XX se constató la necesidad, no ya de reformas sino de una importante ampliación que incorporase nuevas instalaciones y talleres de maquinaria, además de viviendas y otros servicios. Esto se produce en los terrenos situados enfrente de la antigua fábrica, junto al antiguo edificio de la Carbonería construido en el siglo XVIII.
En esta importante parcela, colindante con el Ferrocarril de Sevilla-Cádiz, se llevan a cabo las importantes fases de ampliación.
La primera fase se marca como objetivos la construcción de viviendas para los directivos y jefes en el extremo de la parcela que linda con la avenida de Eduardo Dato, toda una serie de viviendas unifamiliares de estilo ecléctico muy interesantes y la construcción en 1906 de una importante nave de planta rectangular de cerca de 3.700 metros cuadrados, con cerramiento de muro de carga perimetral, cubierta en diente de sierra y estructura metálica realizada en la Fundición San Antonio de Sevilla, antigua Fundición Bonaplata, en la que se fundieron importantes estructuras metálicas para edificios de Sevilla desde el Puente de Isabel II o las Cocheras de los Ferrocarriles Andaluces en Utrera de similares características a las de esta nave.
La segunda fase se produce a finales de la década de los veinte del pasado siglo y consistió en la construcción de dos nuevas naves perpendiculares a la vía férrea de Sevilla-Cádiz y paralelas a Eduardo Dato inauguradas en 1930. 
La tercera fase se produce ya hacia 1945 con la adición de una pequeña nave al final de calle principal y pequeñas reformas.
Por toda la ciudad se pueden ver obras que nacieron en esta fundición, como los monumentos de Daoiz o de Murillo.
La Real Fábrica de Artillería de Sevilla está catalogada como Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento, y así aparece publicado en los BOE de 29 de junio de 1985 y de 30 de noviembre de 2001.
El aspecto que hoy podemos ver es bastante deplorable, pero siendo optimistas es posible que en un futuro se le dote de los elementos necesarios para ser utilizado por una ciudad indolente ante tamaña dejadez.
 





7 comentarios :

  1. Anónimo6/18/2014

    Un estudio muy completo y muy buenas fotos !

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  2. Nostálgico1/20/2015

    Nostalgia de un sevillano en la lejanía a muchos kms de mi querida Sevilla.Tengo 78 años, y entré en la Escuela de Formación Profesional de esta Fábrica con 14 años y salí con 26 años. Pocos meses después en el año 1963 la cerraban. Trabajé en el Control de Calidad del Taller Nuevo de Proyectiles unos seis meses. De allí pasé a las Oficina de Preparación de Trabajo como Cronometrador y era muy conocido en todos los talleres. Me llamaban "El Pana" porque siempre iba con una chaqueta de pana de color verde.
    Me paro aquí porque no puedo seguir. Es tal la angustia que me embarga al ver lo que queda de lo que fué mi segunda casa, que los sentimientos me desbordan.
    Os doy las gracias por la labor que hacéis en este blog y, principalmente, por este gran articulo.
    Mis saludos para todos.

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  3. Hola! Hace tiempo encontré este blog lo perdí, lo he vuelto a ha hallar y ya no me voy a despegar de el porque me encanta. Está genialmente escrito y con unas magníficas fotografías. Muchas gracias porque mi mujer es sevillana y tiene mucha añoranza de su tierra ya que se marchó de Sevilla muy pequeña, aunque volvía para Semana Santa y feria ¡¡eso si!! Muy agradecido, un saludo, Javier

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  4. Hola Fernando! muy interesante este artículo sobre la Fabrica de Artillería que al leerlo nos animas a seguir indagando sobre ella y así llegar a conocerla y amarla en profundidad. Un saludo, Javier

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  5. Anónimo7/08/2017

    Hola alguno podra pasarme el listado de directores desde 1803? gracias

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  6. Hola. Mi padre trabajó allí, me gustaría tener alguna foto antigua, a ver si alguien tuviera alguna o lo conociera. Se llamaba Francisco Diaz Muñiz. Gracias.

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  7. Busco información del Cañon Asopo llevava la cifra de Carlos III. Fue tomado como o premio por parte del Ejercito de Los Andes en la Bstalla de Chacsbuco en 1817

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