21 de abril de 2013

SALAS I - III

Después de haber estudiado un poco el edificio que alberga el museo, empezamos nuestra visita accediendo a la Sala I, dedicada al Arte Medieval, en la que podemos ver una muestra del gótico español y el inicio de la escuela sevillana de pintura y escultura en la segunda mitad del siglo XV, cómo (((*))) el retablo de la Pasión de Cristo que poseía la Casa Montpensier.
También podemos ver otras pinturas de Santos que fueron depositadas en el museo por las Órdenes Militares en 1908 o (((*))) el conjunto de cuatro tablas, procedentes del antiguo retablo mayor del Convento de San Benito de Calatrava, como son estas que vemos, la de Santa Catalina y San Sebastián, y la de San Antonio Abad y San Cristóbal, y las otras dos son, (((*))) la de San Andrés y San Juan Bautista y la de San Jerónimo y San Antonio de Papua.
En cuanto a la escultura medieval sevillana, se remontan al siglo XV y está vinculada al imaginero bretón conocido cómo Lorenzo Mercadante de Bretaña. Su actividad en Sevilla está documentada entre 1.454 y 1.468, en los que triunfó con el cambio estilístico que suponía introducir los gustos borgoñones. Todo ello se traduce en la realización de obras en las que a veces predomina el espiritualismo nórdico, y en otras ocasiones, el naturalismo y minuciosidad de la pintura flamenca. Trabajó el alabastro y el barro, material con el que realizó sus obras más populares como las portadas del Nacimiento y Bautismo de la Catedral de Sevilla. De alabastro era el sepulcro del cardenal Cervantes, situado en la Capilla de San Hermenegildo de la Catedral, siendo también de este artista (((*))) la Virgen con el Niño, esta obra pertenecía al Monasterio de la Cartuja Santa María de las Cuevas. Su influjo en la escultura sevillana del final del gótico fue notable, siendo su principal seguidor Pedro Millán.
Pedro Millán es el primer imaginero local cuya actividad se desarrolla entre 1.487 y 1.506. Acostumbraba a firmar todas sus obras, que solían ser de barro cocido. De él podemos admirar (((*))) un Cristo atado a la columna del siglo XV y perteneciente a la Iglesia de Santa Ana, o también, (((*))) el Cristo Varón de Dolores que perteneció a la Iglesia de la Inmaculada del pueblo El Garrobo. De esta misma iglesia proviene uno de sus mejores trabajos (((*))) el grupo del Entierro de Cristo, el más antiguo de los conservados en España, está datado hacia 1490. En él se mezclan las influencias de franceses e italianos, que fueron los pioneros en este tema iconográfico que triunfa en Europa a mediados del siglo XV.
Después de recrearnos admirando el resto de las obras de esta primera Sala pasamos a la Sala II en la que nos adentramos en el Arte del Renacimiento, en ella veremos como el estilismo que hasta ese momento imperaba en la escuela sevillana se modifica, como consecuencia de la influencia que nos llega desde fuera, fruto del auge económico y cultural que disfrutaba Sevilla en el siglo XVI, que provocó un aumento de la demanda de obras de arte, apareciendo artistas extranjeros, cuya influencia hizo que el panorama artístico se renovara. Destacan obras cómo la Anunciación de Alejo Fernández que realizara sobre tabla hacia 1508 y que se encontraba en el Monasterio de San Isidoro del Campo, otra de las obras es el Retablo del Salvador, anónimo de la escuela sevillana y pintado también, sobre tabla hacia 1530, otro de los que podemos ver, es uno anónimo de la Escuela Flamenca, una pintura sobre tabla pintada hacia 1525, (((*))) La Virgen de la Sopa, este cuadro se encontraba en el Convento de la Clarisas de la Purísima Concepción.
Continuando con el Renacimiento, nos encontramos con obras, cómo el Santo Entierro de Cristo de Cristóbal de Morales una pintura que provenía del Convento de Madre de Dios y que realizó hacia 1525, o la (((*))) Virgen con Niño, anónimo de la Escuela Flamenca y datado hacia 1550, esta obra es el resultado de una donación particular en 1981.
Durante el primer cuarto del siglo XVII aparecen dos nuevas tendencias en la escuela sevillana, el manierismo y el naturalismo, buena prueba de ello la encontramos en la confrontación de Francisco Pacheco y Juan de Roelas, en la que el primero representa la tradición manierista.
 
En la Sala III nos encontramos con una muestra de Retablos, con los que la Iglesia pretendía enseñar y convencer a sus fieles durante el Renacimiento, cómo el de (((*))) San Agustín del pintor flamenco Martín de Vos o el de San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán ambos de Francisco Pacheco, que pintó hacia 1605,y de Velázquez (((*))) el retrato de Don Cristóbal Suárez de Ribera de 1620, que se encontraba en la Iglesia de San Hermenegildo.
De Martínez Montañés, podemos admirar una escultura en altorrelieve (((*))) el Martirio de San Juan Evangelista, datada en 1638,  procedía del Convento de las Monjas de Pasión, está realizado en madera tallada y policromada. 
De Juan de Roelas, un óleo sobre lienzo datado hacia 1610, (((*))) Santa Ana enseñando a leer a la Virgen, este lienzo pertenecía al antiguo Convento de la Merced.
Continuaremos en la Sala IV...



 

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